La dermatoscopía es una técnica diagnóstica no invasiva que permite visualizar en profundidad lesiones de la piel a través de una lente de mano o dermatoscopio.
Para ello amplifica 10 veces la imagen y utiliza un sistema de iluminación con luz polarizada, que elimina la reflexión de la luz cuando incide en la capa córnea.
Este procedimiento permite que los médicos puedan visualizar in vivo estructuras y colores de las distintas capas de la piel (epidermis, unión dermoepidérmica y dermis superficial), que no son visibles mediante la simple inspección.
El examen clínico de las lesiones cutáneas permite distinguir un gran porcentaje de lesiones benignas y malignas. No obstante, hay una parte de lesiones en las que la clínica es insuficiente y no proporciona la seguridad diagnóstica necesaria para tomar decisiones. El examen dermatoscópico reduce el área de incertidumbre entre lo benigno y lo maligno, y representa un paso intermedio entre la imagen clínica macroscópica y la histológica microscópica.
La dermatoscopia es una herramienta diagnóstica especialmente indicada para el estudio de las lesiones pigmentadas de la piel con el objetivo fundamental de realizar un diagnóstico precoz del melanoma. En los últimos años se ha avanzado en su conocimiento y se usa no solo en las lesiones melanocíticas, sino también en lesiones no melanocíticas, enfermedades inflamatorias e infecciosas, alteraciones del pelo y uñas.
PREGUNTAS FRECUENTES
La dermatoscopia es una técnica totalmente indolora e incruenta que permite ver cada uno de los lunares, observando su estado en profundidad.
La dermatoscopia es una técnica que permite, con una precisión alta, evitar las extirpaciones quirúrgicas innecesarias de algunos lunares atípicos pero que no presentan malignidad, así como tratar aquellas lesiones q a simple vista no podemos ver signos de malignidad incipiente.
La dermatoscopia es el estudio de las lesiones de forma directa e individual, en la actualidad los sistemas informáticos integrados a cámaras especiales permiten documentar y hacer un seguimiento en personas con nevus múltiples.
El registro de las imágenes también permite el seguimiento en el tiempo y la detección precoz de cambios en los nevos (lunares), antes de que sean visibles a simple vista, mejorando así la detección temprana del melanoma, que es la forma más agresiva de cáncer de piel.
La dermatoscopía permite en forma no invasiva la detección de nevos (lunares) con riesgo de malignización y el diagnóstico de diversos tipos de cánceres de piel en estadios precoces, que aseguren su curación. A su vez, al mejorar la capacidad de diagnóstico, evita extirpaciones innecesarias de nevos (lunares) y otras lesiones de la piel.
Se trata de una prueba indicada en el control de lunares y en la prevención del melanoma. También es útil para el diagnóstico de otras lesiones de la piel, como ciertos tumores benignos o malignos.
Algunas de las situaciones que ameritan realizarse estudios con un dermatoscopio son, entre otras:
- Antecedentes personales de melanoma: si una persona ha presentado una vez en su vida un melanoma debe someterse a una revisión estrecha de sus lunares. La dermatoscopia es la mejor opción para ello.
- Antecedentes familiares de melanoma: en el melanoma la genética tiene un papel muy importante, por eso las personas con algún familiar de primer grado que haya desarrollado un melanoma deben tener un control estrecho de sus lunares.
- Quemaduras solares: las personas que han sufrido múltiples quemaduras solares en la infancia o adolescencia tienen un riesgo elevado de desarrollar cáncer de piel (melanoma, en concreto). Dependiendo del número de lunares que presenten puede ser recomendable un estudio dermatoscópico.
- Número elevado de lunares: una persona con más de 100 lunares puede tener hasta 7 veces más riesgo de desarrollar un melanoma. La única forma de controlar los pequeños cambios en cada lunar es realizar un seguimiento con dermatoscopia. Además, esta prueba también evitaría la extirpación de lunares normales que puedan parecer sospechosos a simple vista.
- Fototipo bajo: el color de la piel, el color de los ojos y la capacidad de ponernos morenos define nuestro fototipo. De esta manera, los fototipos altos (VI-V) son propios de personas muy morenas que nunca se queman y que tienen ojos oscuros. Por su parte, las personas con piel y ojos claros, que tienen dificultad para ponerse morenos tienen fototipos bajos (I-II) y un riesgo más alto. Ante la aparición de cualquier lesión que no desaparece en poco tiempo lo aconsejable es realizar una consulta médica.
La elección de un médico entrenado y atento a todos los detalles, y en continua actualización le permitirá tener un tratamiento integral.