Transplante de Grasa

Esta técnica actualmente en boga, se utiliza para corregir defectos de cirugía oncológica. Los lechos quirúrgicos bajo nuestra piel actúan como verdaderos ecosistemas en los que viven e interactúan los componentes de nuestro sistema cutáneo-muscular.

En ocasiones, factores diversos como operaciones reiteradas en una misma zona, infecciones, traumatismos graves o cicatrizaciones deficientes, convierten esa ‘tierra fértil’ en un área yerma, en la que lo fibrótico e inmóvil sustituyen a lo vivo y funcional.

La utilidad de la lipotransferencia autóloga para corregir defectos de cirugía oncológica, oncoplástica mamaria y radioterapia hoy en dia no se discute.

La transferencia autóloga de tejido graso para corregir las secuelas del tratamiento quirúrgico o radioterapia cumpliría con dos funciones terapéuticas: relleno, al devolverle la forma a la zona tratada mediante volumen, mejorando el defecto posterior a resección y regenerativo, promoviendo la curación de heridas y úlceras por radiación, mejorando la calidad de la piel irradiada (elasticidad, hidratación), producto de la acción regenerativa tisular de las células madre.

Es un procedimiento sencillo, con bajo grado de morbilidad, rápida recuperación y alta tasa de buenos resultados.

Como inconveniente se puede resaltar la necesidad de más de un procedimiento para obtener un resultado óptimo.

PREGUNTAS FRECUENTES

La técnica de lipotransferencia mediante micro-infiltración de células grasas permite que las mismas sean incorporadas en la zona receptora. En todos los casos existe una parte que se reabsorbe durante los primeros 3-6 meses y, luego la activación de las células madres comienzan a regenerar el tejido local.

No. Al ser grasa autóloga, es decir, de tu propio cuerpo, ésta es incorporada si las condiciones de la zona dadora es la adecuada (mediante rigotomias). De hecho es un trasplante de grasa dentro del mismo paciente.

 

Si. Hoy contamos con distintas técnicas para aprovechar las potencialidades del tejido adiposo, desde el injerto estructural, los microinjertos, el nanofat, el SNIF, el SNIE y su combinación con PRP (Plasma Rico en Plaqueta). Se selecciona la técnica de acuerdo al defecto a solucionar pudiendo combinarlas entre sí.

Si se ha realizado un lipofilling de 24hs a una semana aproximadamente, de acuerdo a el tamaño y zona a corregir.

El postoperatorio es apenas molesto y se maneja bien con los analgesicos indicados.

Se utiliza anestesia local con sedación o anestesia general cuando se combina con otras cirugías estéticas.

Los resultados se ven estabilizados  a los 3 meses, el efecto del tejido sigue actuando hasta el año del procedimiento mejorando a largo plazo las características de la zona receptora.

Nuestro propio tejido adiposo contiene células madre regenerativas, que mejoran notablemente la piel,  no producen alergias y, permite conseguir resultados  armónicos y naturales.

No. Cuando hablamos de lipofilling o lipoestructura siempre nos referimos a rellenar las cicatrices o las depresiones del contorno infiltrando grasa propia.

Guardando las debidas precauciones y protegiéndose del sol puede usted ir a la playa y tomar sol, una vez haya pasado el periodo de convalecencia según la zona en donde se realizó el procedimiento. Es importante no exponer las zonas operadas a los rayos solares o UV durante las primeras cuatro semanas.

No, esto no es liposucción y no es recomendable movilizar la zona

 

Mamas, glúteos, rostro, abdomen, y en cualquier zonas para corrección de cicatrices.

Revisión de Cicatrices

Una cicatriz es la forma en la que el cuerpo reemplaza y cura la piel dañada. El espacio dejado por la herida es tapado con tejido fibroso, motivo por el cual las cicatrices tienen un aspecto diferente al de la piel.

Una cicatriz puede ser causada por muchas razones diferentes, como por ejemplo:

  • Lesiones (cortes, quemaduras, golpes).
  • Cirugías.
  • Infecciones.
  • Inflamación del Tejido.

En aquellas cicatrices inestéticas o que presentan síntomas molestos, existen una variedad de tratamientos para mejorarlas logrando una mejoría notable en cada caso.

Las cicatrices hipertróficas y los queloides son lesiones motivadas por reparación fibrosa excesiva de los tejidos cutáneos como consecuencia de un traumatismo, herida o un proceso inflamatorio en la piel. La cicatriz hipertrófica se mantiene limitada al lugar exacto de la herida y, con el tiempo, tiende a disminuir, de color rosado a morado, de forma lineal cuando es por una herida quirúrgica y redondeada u ovalada si es consecuencia de lesiones inflamatorias.

El queloide se extiende más allá de los límites de la lesión original invadiendo la piel vecina con prolongaciones en forma de dientes y puede seguir aumentando de tamaño durante décadas. El color es de rosado a morado y puede oscurecerse. La superficie cutánea es lisa y brillante, pudiendo existir áreas lastimadas. Por lo general, ambas lesiones son asintomáticas o ligeramente pruriginosos, aunque los queloides pueden ser dolorosos y molestos con la palpación.

Los tratamientos combinados y en el momento oportuno logran disimular cada una de las lesiones de manera satisfactoria.

PREGUNTAS FRECUENTES

En Cirugía Plástica se conoce con el nombre de Revisión de Cicatriz, a un procedimiento que busca mejorar la apariencia de la zona afectada, y en algunos casos, restaurar alguna función del cuerpo que haya sido comprometida después del trauma.

Vale la pena aclarar que las cicatrices NO pueden ser eliminadas totalmente. La Cirugía Plástica permite solamente mejorar su aspecto o hacerlas menos notables.

Existen muchas técnicas que se pueden emplear para tratar de corregir el aspecto de una cicatriz. La elección de la técnica adecuada depende de la revisión que se haga de caso en particular. Algunas opciones son:

  • Cirugía: en algunas ocasiones se realiza una cirugía en la que se remueve parte del tejido que compone la cicatriz.
  • Cremas/Masajes: el tratamiento se realiza aplicando unas cremas especiales directamente sobre la cicatriz. Se busca suavizar los tejidos trabajando directamente sobre las estructuras de colágeno, tratando de realinearlas para lograr mejorar su aspecto.
  • Láser: es especialmente utilizado en cicatrices muy antiguas. El proceso no es invasivo. El dispositivo utilizado emite una intensa luz láser que sirve para reducir los vasos sanguíneos presentes en el tejido de la cicatriz, y de esta manera, mejorar notablemente su aspecto.

Existe una variedad de protocolos para su tratamiento, en personas con antecedentes, se utiliza de forma  preventiva los geles y cremas de silicona. El láser de colorante pulsado también podría ser una alternativa terapéutica. Cremas con distintos principios activos se combinan en el periodo de maduración de la herida logrando controlar y modulando la respuesta cicatrizal. Lo importante en todos los casos es un seguimiento y adecuar el tratamiento a la etapa y respuesta de cada paciente.

Cáncer de Piel

Existen dos tipos de cáncer de piel, los melanocíticos (melanoma) y los no melanocíticos (basocelular y epidermoide). El comportamiento de cada uno de ellos es muy diferente, los melanocíticos son agresivos mientras que los no melanocíticos no lo son tanto.

La sintomatología más común para diagnosticar este tipo de lesiones son los cambios en su aspecto del tipo de prurito (picor), sangrado, cambio de coloración, crecimiento rápido, descamación en su superficie… Ante una circunstancia de este tipo esta lesión debe ser valorada por un especialista.

La mayoría de los carcinomas en la piel se deben a la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV), ya sea del sol o de camas solares. Evitar los rayos UV ayuda a reducir el riesgo de cáncer en la piel en todas sus formas.
Los no melanocíticos son fundamentalmente dos, carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide o espinocelular.

Carcinoma basocelular:

Es el cáncer de piel más común. La exposición crónica a la luz solar es la causa principal de casi todos los carcinomas basocelulares que aparecen con mayor frecuencia en las partes expuestas del cuerpo: la cara, orejas, cuello, cuero cabelludo, hombros y espalda. No obstante, rara vez los tumores se desarrollan en zonas no expuestas.

Carcinoma Espinocelular:

El carcinoma escamoso en la piel es una forma frecuente de cáncer que aparece en las células escamosas que componen la capa media y externa de la piel.
El carcinoma escamoso en la piel no suele ser potencialmente mortal, pero en algunos casos puede ser agresivo. Si no se trata, puede agrandarse o propagarse a otras partes del cuerpo y causar complicaciones graves.

PREGUNTAS FRECUENTES

Cualquier persona con antecedentes de exposición solar puede desarrollar un carcinoma basocelular. Sin embargo, las personas que tienen mayor riesgo son aquellos de piel blanca, cabello rubio o rojizo y ojos azules, verdes o grises. Las personas mayores generalmente son las más afectadas, pero conforme se ha ido aumentando de manera significativa el número de casos nuevos cada año durante las últimas décadas, paulatinamente la edad promedio de inicio ha disminuido. Esta enfermedad no suele afectar a niños, pero en ocasiones llega a manifestarse en los adolescentes. 

Los hombres presentan mayor número de los casos de carcinoma basocelular que las mujeres, pero ahora más mujeres lo padecen. Las personas cuyos trabajos requieren estar durante muchas horas al aire libre y las personas que pasan su tiempo libre al sol, son particularmente susceptibles.

  1. Una lesión o úlcera abierta que sangra, supura, o forma una costra y permanece abierta durante unas semanas, tan sólo para cicatrizarse y luego sangrar de nuevo. Una lesión persistente que no cicatriza es un signo frecuente de un carcinoma basocelular incipiente.
  2. Una mancha rojiza o zona irritada, que aparece frecuentemente en la cara, el pecho, hombros, brazos o piernas. En algunas ocasiones esta mancha forma una costra. También puede causar picazón y otras veces no produce ningún tipo de molestia.
  3. Protuberancia brillante, o nódulo, perlado o translúcido, generalmente de color rosa, rojo o blanco. Esta protuberancia también puede ser de color tostada, negra o marrón, especialmente en personas de cabello oscuro, y puede confundirse con un lunar.
  4. BULTO ROSADO con un borde redondeado, ligeramente elevado, y una hendidura con costra en el centro. A medida que esta lesión crece lentamente, pueden aparecer pequeños vasos sanguíneos en su superficie.

Con una detección precoz y un tratamiento adecuado, el carcinoma basocelular puede ser curado en casi todos los casos. Pero la primera y mayor línea de defensa contra este cáncer y otros tipos de cáncer de piel es la prevención. De ahora en adelante, incorpore en su rutina de cuidados las siguientes medidas de seguridad respecto al sol:

  • Busque la sombra, especialmente entre las 10:00 y las 16:00.
  • Evite la quemadura solar.
  • Evite el bronceado, y no utilice equipos de bronceado artificial.
  • Si se expone al sol, vístase con prendas que lo protejan, incluso sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.
  • Utilice un protector solar de amplio espectro con factor de protección solar (FPS) 30 o mayor. Aplíquelo cada 2 horas o después de nadar o sudar mucho.
  • Aleje del sol directo a los niños recién nacidos.
  • Examine su piel desde la cabeza hasta los pies al menos una vez al mes.
  • Visite a su médico cada año para realizar un examen completo de su piel.

Los tratamientos pueden incluir los siguientes:

  • Electrodisecación y raspado. Implica remover la superficie del cáncer de piel con un instrumento de raspado (cureta) y, luego, cauterizar la base del cáncer con una aguja eléctrica. Este tratamiento generalmente se utiliza para carcinomas epidermoides muy pequeños.
  • Raspado y crioterapia. De forma similar al procedimiento de electrodisecación y raspado, una vez que se extirpó el tumor y se realizó el raspado, la base y los bordes del lugar de la biopsia se tratan con nitrógeno líquido.
  • Terapia láser. Un intenso haz de luz vaporiza los tumores, generalmente con un daño menor a los tejidos aledaños y con un bajo riesgo de sangrado, inflamación y formación de cicatrices. El tratamiento láser puede ser una opción en casos de lesiones muy superficiales de la piel.
  • Congelación. Este tratamiento implica congelar las células cancerosas con nitrógeno líquido (criocirugía). Puede ser una opción para tratar lesiones superficiales de la piel.
  • Terapia fotodinámica. La terapia fotodinámica combina medicamentos que producen sensibilidad a la luz con un rayo de luz para tratar carcinomas superficiales de la piel. Durante la terapia fotodinámica, se aplica sobre la piel un medicamento líquido que hace que las células cancerosas sean sensibles a la luz. Luego, se aplica en la zona un rayo de luz que destruye las células del cáncer de piel.
  • Cremas o lociones medicadas Para carcinomas muy superficiales, puedes aplicarte cremas o lociones que contengan medicamentos oncológicos directamente sobre la piel.
  • Radioterapia. La radioterapia usa haces de alta energía, como rayos X, para matar las células cancerosas. Esta podría ser una opción para tratar tumores más profundos, para los tumores que presentan un riesgo de recidiva después de la cirugía y para los tumores de pacientes que no pueden someterse a una cirugía.

La mayoría de los carcinomas epidermoides de la piel pueden extirparse por completo con una cirugía relativamente menor. Esta puede ser:

  • Escisión simple. En este procedimiento, el médico corta el tejido canceroso y el margen circundante de piel sana. En algunos casos, el médico puede recomendarte la remoción de un margen de piel normal más grande alrededor del tumor (escisión ampliada). Para minimizar la formación de cicatrices, en especial en el rostro, consulta con un médico capacitado en reconstrucción de la piel.
  • Cirugía de Mohs. Durante la cirugía de Mohs, el médico retira las células cancerosas capa por capa, examinando cada una de ellas en el microscopio hasta que no queden células anormales. Esto permite al cirujano estar seguro de que ha retirado el tumor completo y evita la remoción de una cantidad excesiva de piel sana circundante.

Los tratamientos contra el carcinoma cutáneo dependen del tamaño, la ubicación y la agresividad del tumor, el especialista le aconsejara cual es el mejor método para su caso en particular.

Melanoma

Este tipo de cáncer deriva de los melanocitos, las células responsables de la coloración de nuestra piel. Por ello, este tipo de lesiones suelen ser lesiones pigmentadas con cambios en su coloración, aspecto, bordes…

El aspecto más negativo del melanoma es su agresividad. Por ello, los márgenes que deben eliminarse junto a la lesión son superiores a los no melanocíticos pudiendo llegar a ser de 2 cm. Por todo, este tipo de lesiones requiere de un buen manejo de los tejidos por parte de su especialista pues es muy importante eliminar la lesión y los tejidos circundantes en su totalidad.

En ocasiones, en función de la profundidad del melanoma estará indicado la biopsia del ganglio centinela para saber si este melanoma ha alcanzado los ganglios linfáticos o no. Esta prueba no es terapéutica pero si diagnóstica para saber ante qué tipo de tumor nos encontramos y poder individualizar mejor el tratamiento y pronóstico.

PREGUNTAS FRECUENTES

Por otro lado, debemos conocer los factores de riesgo habituales asociados al melanoma:

  • Edad: aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida, es más frecuente en la edad media, entre los 30 y 60 años.
  • Sexo: es más frecuente en la mujer aunque cursa con mejor pronóstico.
  • Raza y Fenotipo: más frecuente en la raza blanca y en personas de fototipo bajo (piel blanca o pecosa, pelo rubio o pelirrojo, ojos claros y alta sensibilidad a la radiación solar, siempre se queman y nunca se broncean).
  • Herencia: aproximadamente 1 de cada 10 personas que padecen melanoma tiene antecedentes familiares del mismo.
  • Lunares: el riesgo de aparición de un melanoma está en relación tanto con el nº de nevus (> 50 nevus) así como con sus características (nevus atípicos y nevus congénitos gigantes).
  • Radiación solar: aumentan el riesgo de melanoma las exposiciones solares agudas, intermitentes y reiteradas, sobre todo cuando producen quemaduras y se realizan en la infancia o adolescencia. Debemos recordar que nuestra piel tiene memoria, y que las quemaduras de este verano nos pueden ocasionar graves problemas en la piel durante toda la vida.

Como podemos observar, no podemos intervenir en la mayoría de factores, que están relacionados con nuestra herencia genética, sexo o edad. No obstante, es importante que sepamos valorar si cumplimos con ellos, con el fin de acudir con mayor asiduidad a las revisiones dermatológicas. En cualquier caso, hay un factor determinante que sí que podemos controlar: la exposición al sol.

En esta época estival, es fundamental que tomemos conciencia sobre la importancia de protegernos del sol de las formas que todos sabemos. Sobre todo, debemos evitar la exposición directa en las horas centrales del día y debemos utilizar cremas protectoras con factor solar alto (las cremas con factor bajo o las lociones bronceadoras no tienen ningún efecto protector).

Los factores de riesgo para el melanoma incluyen una historia personal de muchos lunares (más de 25), lunares grandes (mayores de 6 mm o del tamaño de un borrador de lápiz), lunares atípicos o de aspecto inusual, piel clara, antecedentes familiares de melanoma, exposición intensa al sol con quemaduras solares como niño o adulto, uso de bronceado y sensibilidad al sol.Si tiene factores de riesgo para el melanoma, minimice el riesgo protegiendo su piel del sol, realizando exámenes de piel y haciendo visitas regulares con un especialista.

A diferencia de la mayoría de las vacunas, que se administran para prevenir enfermedades contagiosas como el sarampión o la varicela, la vacuna contra el melanoma está diseñada para pacientes con melanoma en estadio avanzado. Después de la cirugía, a los pacientes se les da la vacuna para aumentar la defensa de su sistema inmune contra cualquier célula cancerosa residual en el cuerpo. Las vacunas todavía son experimentales y no han sido aprobadas por la FDA y el ANMAT.

Se están realizando ensayos clínicos utilizando vacunas y otras formas de terapia biológica, incluyendo interferón, citoquinas y anticuerpos monoclonales.

Nevus & Lunares

Los lunares normales son “manchas” y bultos marrones pequeños y comunes sobre la piel que aparecen en las primeras décadas de la vida en casi todas las personas.

Pueden ser planos o elevados y generalmente son redondos y de forma regular. Muchos están causados por la exposición al sol. El adulto joven promedio tiene alrededor de 10 a 20 de tales lesiones.

La exploración habitual de los lunares y el control de la exposición al sol, sobre todo en la época estival, son los principales factores para prevenir la aparición de problemas en la piel.

Durante todo el año los médicos se encargan de recordar la importancia de cuidar la piel y descubrir aquellos síntomas que pueden indicarnos la necesidad de pasar por su consulta. No obstante, durante el verano y el periodo vacacional es especialmente importante contar con mayores precauciones. En esta época del año nos exponemos al sol habitualmente, y éste además incide de manera mucho más agresiva. Es por ello que no debemos olvidar unos sencillos consejos que nos ayuden a prevenir la aparición del cáncer de piel o a detectar posibles problemas de manera precoz.

PREGUNTAS FRECUENTES

Nos regimos por la regla ABCDE  (Asimetría , Borde, Color, Diámetro y Evolución) a lo que se agrega la F (antecedente Familiares)

El lunar normal es: simétrico en alguno de sus ejes, borde neto y regular, color uniforme, diámetro menor de 5 mm y sin cambios.

Los nevos displásicos (lunares atípicos) son lunares benignos inusuales que pueden parecerse al melanoma. Estos lunares generalmente grandes son uno de los factores de riesgo más importante para el melanoma. Clínicamente, estos lunares pueden tener el aspecto de melanomas. Generalmente tienen las siguientes características: asimetría, borde irregular, variación del color, diámetro mayor de 6 mm. Con cambios en el tiempo.

La más común es en la espalda, el pecho, el abdomen y las extremidades; también puede producirse en áreas normalmente no expuestas como los glúteos, las ingles o los senos femeninos, al igual que en el cuero cabelludo.

No espere a que aparezcan signos de advertencia más serios de melanoma, tales como:

  • Tener lunares numerosos, ya sean atípicos o normales, es un factor de riesgo para el melanoma.
  • Picazón 
  • Dolor
  • Elevación
  • Sangrado
  • Costra
  • Inflamación
  • Exudado
  • Ulceración
  • Color azulado-negruzco

Evolución: El agrandamiento de un lunar previamente estable o aparición de un nuevo lunar después de los 35 y 40 años debe crear sospechas.

Superficie: la porción central está a menudo elevada, mientras que la porción periférica generalmente es plana, a veces con elevaciones "guijarrosas" pequeñas.

La "Lesión pigmentada" es un término general que incluye lunares normales, pecas del sol o manchas de la edad. Mientras que la mayoría de las lesiones pigmentadas no se convierten en cancerosas, una persona con muchas lesiones o lesiones inusuales debe consultar a un especialista sobre una base regular para un examen completo de la piel. El monitoreo regular a través de una dermatoscopia le permite al médico identificar los cambios en las lesiones que parecen "sospechosas". Un cambio puede necesitar una biopsia de la piel, que puede ayudar a determinar si una lesión es normal (benigno), melanoma u otro tipo de cáncer de piel.

Durante el embarazo, los lunares a menudo cambian uniformemente debido a los efectos hormonales. Por ejemplo, pueden oscurecerse o hacerse más grandes. Sin embargo, si un lesión cambia de una manera irregular o desigual, debe ser evaluado por el especialista.

Un nuevo lunar siempre debe considerarse sospechoso. Busque pronta consulta con un especialista para que una realice una evaluación de la piel, y obrar en consecuencia.

Control de Lunares (Dermatoscopía)

La dermatoscopía es una técnica diagnóstica no invasiva que permite visualizar en profundidad lesiones de la piel a través de una lente de mano o dermatoscopio.

Para ello amplifica 10 veces la imagen y utiliza un sistema de iluminación con luz polarizada, que elimina la reflexión de la luz cuando incide en la capa córnea.

Este procedimiento permite que los médicos puedan visualizar in vivo estructuras y colores de las distintas capas de la piel (epidermis, unión dermoepidérmica y dermis superficial), que no son visibles mediante la simple inspección.

El examen clínico de las lesiones cutáneas permite distinguir un gran porcentaje de lesiones benignas y malignas. No obstante, hay una parte de lesiones en las que la clínica es insuficiente y no proporciona la seguridad diagnóstica necesaria para tomar decisiones. El examen dermatoscópico reduce el área de incertidumbre entre lo benigno y lo maligno, y representa un paso intermedio entre la imagen clínica macroscópica y la histológica microscópica.

La dermatoscopia es una herramienta diagnóstica especialmente indicada para el estudio de las lesiones pigmentadas de la piel con el objetivo fundamental de realizar un diagnóstico precoz del melanoma. En los últimos años se ha avanzado en su conocimiento y se usa no solo en las lesiones melanocíticas, sino también en lesiones no melanocíticas, enfermedades inflamatorias e infecciosas, alteraciones del pelo y uñas.

PREGUNTAS FRECUENTES

La dermatoscopia es una técnica totalmente indolora e incruenta que permite ver cada uno de los lunares, observando su estado en profundidad.

La dermatoscopia es una técnica que permite, con una precisión alta, evitar las extirpaciones quirúrgicas innecesarias de algunos lunares atípicos pero que no presentan malignidad, así como tratar aquellas lesiones q a simple vista no podemos ver signos de malignidad incipiente.

La dermatoscopia es el estudio de las lesiones de forma directa e individual, en la actualidad los sistemas informáticos integrados a cámaras especiales permiten documentar y hacer un seguimiento en personas con nevus múltiples.

El registro de las imágenes también permite el seguimiento en el tiempo y la detección precoz de cambios en los nevos (lunares), antes de que sean visibles a simple vista, mejorando así la detección temprana del melanoma, que es la forma más agresiva de cáncer de piel.

La dermatoscopía permite en forma no invasiva la detección de nevos (lunares) con riesgo de malignización y el diagnóstico de diversos tipos de cánceres de piel en estadios precoces, que aseguren su curación. A su vez, al mejorar la capacidad de diagnóstico, evita extirpaciones innecesarias de nevos (lunares) y otras lesiones de la piel.

Se trata de una prueba indicada en el control de lunares y en la prevención del melanoma. También es útil para el diagnóstico de otras lesiones de la piel, como ciertos tumores benignos o malignos. 

Algunas de las situaciones que ameritan realizarse estudios con un dermatoscopio son, entre otras:

  • Antecedentes personales de melanoma: si una persona ha presentado una vez en su vida un melanoma debe someterse a una revisión estrecha de sus lunares. La dermatoscopia es la mejor opción para ello.
  • Antecedentes familiares de melanoma: en el melanoma la genética tiene un papel muy importante, por eso las personas con algún familiar de primer grado que haya desarrollado un melanoma deben tener un control estrecho de sus lunares.
  • Quemaduras solares: las personas que han sufrido múltiples quemaduras solares en la infancia o adolescencia tienen un riesgo elevado de desarrollar cáncer de piel (melanoma, en concreto). Dependiendo del número de lunares que presenten puede ser recomendable un estudio dermatoscópico.
  • Número elevado de lunares: una persona con más de 100 lunares puede tener hasta 7 veces más riesgo de desarrollar un melanoma. La única forma de controlar los pequeños cambios en cada lunar es realizar un seguimiento con dermatoscopia. Además, esta prueba también evitaría la extirpación de lunares normales que puedan parecer sospechosos a simple vista.
  • Fototipo bajo: el color de la piel, el color de los ojos y la capacidad de ponernos morenos define nuestro fototipo. De esta manera, los fototipos altos (VI-V) son propios de personas muy morenas que nunca se queman y que tienen ojos oscuros. Por su parte, las personas con piel y ojos claros, que tienen dificultad para ponerse morenos tienen fototipos bajos (I-II) y un riesgo más alto. Ante la aparición de cualquier lesión que no desaparece en poco tiempo lo aconsejable es realizar una consulta médica.

La elección de un médico entrenado y atento a todos los detalles, y en continua actualización le permitirá tener un tratamiento integral.